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Statement by Michelle Bachelet on
the recent sanctions imposed on Venezuela
Geneva, 8 August 2019
“I am deeply worried about the
potentially severe impact on the human rights of the people of Venezuela of the
new set of unilateral sanctions imposed by the US this week. The sanctions are
extremely broad and fail to contain sufficient measures to mitigate their
impact on the most vulnerable sectors of the population. I fear that they will
have far-reaching implications on the rights to health and to food in
particular, in a country where there are already serious shortages of essential
goods.
Venezuela’s economy has contracted
by 47.6 per cent between 2013 and 2018 according to official figures. With the
new sanctions further restricting economic activity, I am concerned that
businesses and financial institutions are likely to err on the side of caution
and completely halt transactions relating to the Government of Venezuela rather
than risk punishment for violating the sanctions.
As I have stressed before, the
roots of the economic crisis in Venezuela predate the imposition of any
economic sanctions. But the economic sanctions imposed in August 2017 and in
January 2019 have exacerbated the effects of this dire crisis – and by
extension the humanitarian situation – given that most of the foreign exchange
earnings derive from oil exports, many of which are linked to the US market.
I note that the latest sanctions
technically do not apply to “transactions related to the provision of articles
such as food, clothing and medicine intended to be used to relieve human
suffering”. However they are still likely to significantly exacerbate the
crisis for millions of ordinary Venezuelans, especially as there will certainly
be over-compliance by financial institutions around the world that have
commercial relations with the governments of the US and Venezuela.
There is a significant body of
evidence showing that wide-ranging unilateral sanctions can end up denying
people’s fundamental human rights, including their economic rights as well as
the rights to food and health, and could place obstacles to the delivery of
humanitarian assistance. Even carefully targeted sanctions must be subject to
stringent human rights safeguards.
I call on all those with influence
in Venezuela and in the international community to work together constructively
for a political solution to the protracted crisis in the country, by putting
the interests and human rights of the long-suffering people of Venezuela above
all else.”
ENDS
For more information and media
requests, please contact: Rupert Colville - + 41 22 917 9767 /
rcolville@ohchr.org or Ravina Shamdasani - + 41 22 917 9169 /
rshamdasani@ohchr.org
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and Facebook: unitednationshumanrights
Declaración de Michelle Bachelet
sobre las recientes sanciones impuestas a Venezuela
Ginebra, 8 de agosto 2019
“Estoy profundamente preocupada por
el impacto potencialmente severo en los derechos humanos de las personas en
Venezuela del nuevo conjunto de sanciones unilaterales impuestas por los
Estados Unidos de América esta semana. Estas sanciones son extremadamente
amplias y no contienen las medidas suficientes para mitigar el impacto en los
sectores de la población más vulnerables. Temo que tengan implicaciones mayores
en los derechos a la salud y a la alimentación, en particular en un país donde
ya existe una seria situación de escasez de bienes esenciales.”
La economía venezolana sufrió una
contracción del 47,6 por ciento entre 2013 y 2018 según las cifras oficiales.
Con las nuevas sanciones que restringen aún más la actividad económica, me
preocupa que las compañías y las instituciones financieras puedan preferir ser
cautelosas y detener completamente las transacciones relacionadas con el
Gobierno de Venezuela, en vez de de correr el riesgo de ser penalizadas por
infringir las sanciones.
Como he insistido antes, las causas
de la crisis económica en Venezuela son anteriores a la imposición de sanciones
económicas. Sin embargo, las sanciones económicas impuestas en agosto de 2017 y
enero de 2019 han exacerbado los efectos de la grave crisis –y por extensión de
la situación humanitaria- dado que la mayoría de las divisas externas provienen
de las exportaciones de petróleo, muchas de las cuales están relacionadas con
el mercado de los Estados Unidos.
Tomo nota de que las recientes
sanciones técnicamente no se aplican a las “transacciones relacionadas con las
provisiones de artículos, tales como alimentos, ropa y medicinas que buscan dar
respuesta al sufrimiento humano”. Sin embargo, es posible que aun así lleguen a
exacerbar la crisis en la que viven millones de personas venezolanas, debido
especialmente a la existencia de un escrutinio excesivo (over-compliance) por
parte de las instituciones financieras en el mundo que tienen relaciones
comerciales con los gobiernos de los Estados Unidos y de Venezuela.
Existe evidencia suficiente que
muestra que las sanciones unilaterales con efectos amplios pueden terminar
afectando negativamente los derechos fundamentales de las personas, incluyendo
sus derechos económicos, así como sus derechos a la alimentación y salud, y que
pueden implicar obstáculos para el acceso a la asistencia humanitaria. Incluso
las sanciones más dirigidas y concretas, deben de contener garantías estrictas
de protección de los derechos humanos.
Llamo a aquellos actores que pueden
tener influencia–tanto en Venezuela, como en la comunidad internacional- para
que trabajen de manera conjunta y constructiva en la solución política de esta
prolongada crisis en el país, colocando en primer plano los derechos humanos de
las personas que sufren en Venezuela.
FIN
Para más información y solicitudes
de prensa por favor contacte con Rupert Colville - + 41 22 917 9767 /rcolville@ohchr.org or Ravina Shamdasani - + 41 22 917 9169 /
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